¿Feliz día de muertos?

Por LiLiA Garduño

Llevo dos días de muerta, estoy en un cajón muy apretado, que lo único que me indica es un gran vacío, no sé como llegue hasta aquí…sólo recuerdo que estaba recostada en mi cama a punto de dormir, y cuando de repente todo mi cuerpo sintió un frió estremecedor, mis labios querían gritar, buscaba con la mirada el rostro de mi madre, de mi padre y hasta el de mis hermanos, pero no nadie acudió a mi rescate. Y heme aquí, con los mismos ojos cerrados como acartonados después de tanto llorar y los labios cocidos por un extraño sabor a limón amargo, sí, estoy muerta, pero, ¿qué puedo decirles?

La muerte es un enigma difícil de explicar para algunos llega más pronto que para otros, y todos nos cuestionamos de la muerte repentina de gente joven, sana, que sólo por un descuido desaparece y permanece ausente para siempre. ¿Qué pasa del otro lado de la agonía? Algunos mueren tranquilos como un sueño profundo y otros más, con una muerte perversa, desesperante, ahogante, hasta frustrante.

La muerte no mide en sexo, en edades, sólo llega se postra frente a la victima y la toma, la deja sin el más mínimo aliento, sin el más mínimo suspiro. Sin embargo sólo la estamos esperando, en la vida no está nada escrito, más que la muerte.

México Distrito Federal, en su festejo del dos de noviembre lleva a cabo la más grande celebración lo curioso, es que los muertos están ahí, permanecen en sus tumbas, y sólo en esta fecha son recordados. Mientras que algunos ven el significado del día de muertos un poco más apegado a las costumbres norteamericanas, varios salen a las calles a divertirse, disfrazarse, y cometer alguno que otro susto.

Por otro lado no somos más que un reflejo turbio, desgajado de una cultura bien cimentada, de creencias que poco a poco se han ido perdiendo, que tomaron rumbos diversos por la mezcla de razas y por lo mismo de creencias. La oportunidad de recuperarnos es cada vez más lejana, por miedo al rechazo muchos nos alejamos de toda una tradición, veamos las ofrendas que se nos ofrecen en diversas partes de la ciudad, en cada delegación, en cada escuela, y tomémoslas como muestra de que somos un pueblo unido y con gran historia.