Bípedo Cuenta-historias

Bípedo Cuenta-historias

¿Tienes un minuto?


Cilli-Amantolli

“Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
Robert Louis Stevenson

En la vida siempre salimos de casa a realizar nuestra vida diaria: hacer ejercicio por las mañanas, ir a la escuela, o al trabajo, pero no sabemos si regresaremos de nuevo a nuestro hogar.

La prisa, dueña de nuestro tiempo, hace que siempre caminemos, y formemos nuestras actividades, acelerados con el corazón palpitando a máxima, pensando; ¡ya es bien tarde!, ¡ya no voy a llegar!, pensamiento acompañado de estrés, segundos de la vida que se van como polvo en el viento, viendo como el reloj consume el tiempo.

Aún recuerdo que cuando era niño, las horas eran largas, rendían para la tarea y reír, pero ese lapso pasó, cuanto más crecía más se deslizaba la vida, ahora los años van a la memoria como un recuerdo, porque la vida se ha vuelto fugaz, las ocupaciones y pendientes son el pensamiento que tenemos en mente, sin vivir y dar un respiro a nuestro presente.

El “tic tac” es el vaivén de las caderas del reloj, es el causante que hace que caminemos de frente sin observar, lo nuevo a nuestro alrededor, es también; el autor de madres apresuradas por las mañanas para dejar los niños en las escuelas, haciendo malabares con el lunch del pequeño, mientras los automovilistas parecieran estar en un juego de persecución, esquivando uno a uno al auto que se encuentra a lado de él.

¿Y qué me dices tu transeúnte del metro? Cuando viajas por las mañanas encuentras a ese mar de gente, esperando al gusano metálico color naranja que cuando lo abordas eres participe de esa travesía…llamándola sauna, con el singular calor humano, apretones, transpiración, empujones, que suelen causar pisadas en los pies provocando molestia, hasta llegar a la hostilidad, y mentar madres, provocando pleitos.

Sales corriendo, apresurado porque el tiempo te ha llevado la delantera durante la carrera nombrada vida; tratas de volar para alcanzarlo, pero es inútil el esfuerzo, será en vano, el tiempo no se detiene, provocando que "La prisa engendra el error en todo, y el error sale muy a menudo en el desastre."[1]

Es verdad se transforma en catástrofe, accidentes, personas que por ganar al parpadeo de la luz amarilla, podrán pasar y ganarle unos segundos a las manecillas del reloj, sin tomar en cuenta que no es el único en su misma situación.

Para a continuación escuchar; ¡crash! “Guiño los ojos por última vez, hizo su último viaje, emprendió el sueño eterno”, y si la suerte esta de su lado, estando respirando, no olvidará el dolor provocado, ocasionado por el vaivén del “tic tac”, dándole una segunda oportunidad. Donde pensará con más tranquilidad.

Esa persona que usa a diario las cuatro ruedas para transportarse, pensando que llegará más rápido con su nave, manejando como cafre, no manufactura la responsabilidad que lleva al volante, que por ir volando como el viento cree llegar a la hora pactada. Sin medir las consecuencias que puede ocasionar cuando pilotea su nave.

Pisando el acelerador a fondo para no alcanzar el color que indica el alto total, casi logra pasar, cuando de pronto, una sobra se ve reflejada en el pavimento, avanzando hacia el otro extremo corriendo para cruzar a tiempo, el cafre, no consigue frenar, logrando golpear, a una persona que sólo quería ser puntual.

Desastre, un accidente, que se pudo haber ganado prevenir, si tan sólo hubieran partido con minutos de anticipación a su encuentro, algo tenía en común, vivían en la rapidez, pensando sólo en su mundo, no teniendo una cosmovisión a futuro de lo que podía suceder.

Y no es sólo son las personas que viven con prontitud, sino que también personas precavidas sin deberla ni temerla, son ellas las que luego se llevan al hospital, por una persona que no tuvo la atención, llega la acción de decir adiós. Si ya se te hizo tarde, no importa llega tranquil@ sin prisas, avisa de tu situación, y recuerda no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar.



[1] Herodoto (484-425 a. de C.), historiador griego.

Calidoscopio de la realidad

Por Laura López

Estamos tan acostumbrados a los estereotipos que la sociedad va marcando que muchas veces no sentimos en qué momento nos sumergimos en ellos, ni el momento en que comenzamos a actuar de manera inadecuada.

Estaba tan cansada de mirarme al espejo y no ver lo que esperaba, ¿por qué otras niñas sí pueden parecer Barbies y yo no? Era lo que continuamente me preguntaba. ¿Por qué no decirles a mis amigos y familiares que me molestaba de sobre manera que se refirieran a mi como “gordita o gorda”? Harta de probarme miles de atuendos y no quedar satisfecha, di el primer paso: ponerme a dieta.

Lo cual no me costó trabajo, pues el comer no era mi hobbie. En realidad mi talla era 7, pero no era suficiente. Comencé a eliminar el desayuno por completo: quite el pan y la tortilla de la comida y a veces cenaba sólo una manzana, pero después de unos días me di cuenta que eso no funcionaba, tal vez por que mi comida era demasiada. Entonces eliminé cualquier galleta o dulce que pudiera ingerir durante el día y como el jugo me proporcionaba muchas azucares también quedó fuera. Fue entonces cuando comencé a mentir a mamá cada que pregunta el por qué ya no comía en casa.

El agua y un chicle se convirtieron en mis únicos alimentos. Fue entonces cuando mi cuerpo comenzó a sufrir algunos cambios: comenzaron a brotar algunos granos en mi cuerpo, yo culpaba a la poca grasa que, según mi mente, aún conservaba. No podía imaginar que eran los cambios hormonales que comenzaba a sufrir, el cansancio era obvio pero cada que me miraba al espejo no me agradaba, esos pliegues que aun se me hacían debajo del pecho, el cual comenzó a disminuir discretamente, esto aun me causaban demasiada molestia.

Como mi rutina alimenticia no era suficiente, me impuse como castigo a mi flojera el hacer tres rutinas de ejercicio durante el día. Claro que la sospecha en mis padres se comenzaba a hacer evidente con las continuas preguntas sobre mi conducta, lo cual lograba que estallara mi molestia, pues el carácter era algo que ya no podía controlar, entre otras muchas cosas. Para ésta época, mi cerebro ya tenía registrado el rechazo de cualquier alimento posible y comencé a disminuir la ración de agua que tomaba, aunque esto ya no fue necesario. Se produjo el primer aviso de gravedad en mi cuerpo: un desvanecimiento profundo fue lo que les reveló a mis padres la verdad.

Fue donde me di cuenta que tenía como padres a los más grandes monstruos: no podían entender que el forzarme a comer era lo peor. ¿Por qué no comprendían que con eso mi meta de convertirme en Barbie estaba cada vez más lejos? Yo veía llorar a mi madre y no comprendía por qué, en lugar de felicitarme, pues en unos pocos meses de talla 7 pase a ser 3, era un logro que pocas conseguían y para darles gusto caí en el paso dos: convertir en mi único amigo al dedo índice.

No comprendía el por qué de mi ansiedad, ni el remordimiento que sentía después de comer cualquier cosa por pequeña que fuera. Fue entonces cuando me di cuenta que ya no era necesario introducir el dedo en mi boca para expulsar la comida, pues esto ya era automático, pero, como todo, nada es perfecto una manzana me delató frente a mis padres: al darle una mordida mi diente quedó en ella. Sí, mi descalcificación se hacía presente, junto con mi nula recuperación. Fue entonces cuando mi padre, como energúmeno, puso fin a todo esto: saqueó mi cuarto de toda golosina que fuera objeto de cualquier atracón que pudiera darme, cerró el baño de mi cuarto para que me tuviera vigilada y así fue cuando mi realidad se presentó.

Al estar internada y bajo la vigilancia de varias enfermeras, poco a poco me fui dando cuenta que estaba muy lejos del estereotipo de Barbie, pues yo no tenía esa sonrisa perfecta que ella siempre tiene, en cambio yo perdí la mía; no tenia ese cabello sedoso y brillante que tantas veces le cepillé, al contrario había perdido un 70% del cabello que tantas veces mi madre peinó con orgullo; y esas medias perfectas era obvio que yo no logré obtenerlas, en cambio tenía visible cuanto hueso tiene mi cuerpo: no tenía pecho, ni glúteos.

Fue muy larga mi recuperación, de hecho después de siete años no puedo decirme curada. Aún no me agradan los espejos y no puedo escuchar mi peso, mucho menos pesarme sola y de frente. Mi cabellera no volvió a ser la misma y uso una que otra prótesis dental. Además que mi periodo no es completamente regular.

Me di cuenta que en ocasiones los monstruos que fabricamos pueden ser la única solución a nuestra efímera verdad. El optar por una falsa salida puede tener muchas complicaciones a mí. Mi corazón me dio el aviso más grande de la vida: durante mi recuperación supe que hay miles de niñas en busca del Sueño Barbie, su corazón no trabaja con las reservas y mueren al instante. Yo estuve cerca, pero la vida me dio la oportunidad de decir que Barbie no es la muñeca perfecta porque, a diferencia tuya, ella no piensa, ni controla sus acciones, la hicieron en serie y sin ningún sentimiento, a ti te hicieron única y con amor. ¡QUIÉRETE!

¿Espejito, espejito quien es la mujer más bella y delgada?

Por Marina Sánchez
Actualmente la sociedad se ha empeñado en exponer a las mujeres como representación de la belleza y la perfección física. Esto ha tenido como consecuencia que cada día haya más personas con enfermedades como la bulimia y la anorexia. La problemática de éstas enfermedades no es tan sencilla, no es sólo el hecho de verse bellas y delgadas, intentar ser lo más parecido a una princesa de cuento de hadas en espera de su príncipe, se trata de un trastorno psicológico que impide a la joven apreciar su apariencia tal y como es.

Uno de los principales causantes de este tipo de enfermedades son sin duda los medios de comunicación que muchas veces pretenden que todas las personas adopten los mismos modelos estéticos y pase a ser una forma de vida. Nos encontramos bombardeados por un sinnúmero de mensajes donde se promueve que la mujer delgada es símbolo o representación de belleza, salud, elegancia, higiene y sobre todo éxito en la vida.

Las mujeres con estas enfermedades viven en un su propio cuento de hadas donde los laxantes, productos adelgazantes y los vómitos autoinducidos se convierten en sus métodos mágicos que les ayudarán en convertirse en princesas. La realidad es que son mujeres que sufren de muy baja autoestima y, por lo tanto, cualquiera que no se quiera a si mismo difícilmente se encontrará satisfecho con su apariencia física.

Lo más importante, al mirarnos frente al espejo, es aceptarse y quererse a uno mismo tal y como somos. Para ser agradable a los demás no sólo se necesita un cuerpo delgado, es mucho más importante lo que puedes provocar y transmitir con él. Cada uno de tus movimientos es reflejo de una autoestima sana, bienestar psicológico, de tu creatividad y tu sensualidad interna, siempre tener confianza en ti misma.

Toy story sexual

Brenda Rivera “The Silver Girl”

Punchis punchis, música electrónica escuchan los oídos que entran a la sex shop Erótika, pero por qué no cambiar a "mami soy tu vaquero, mami soy tu vaquero…", una pareja por ahí, otra por allá, señores viendo videos XXX, pocas personas ven los juguetes, el único que se atreve es aquel señor de la tercera edad. Es una atmósfera un poco tensa para algunos por el hecho de tener pena, para otros algo muy normal; el abuelito con sus canas relucientes y muchas ganas de tener placer le pide a la vendedora ayuda, al salir de la tienda esconde dentro de una bolsa negra y bajo su axila uno de esos juguetes que mucha gente tiene miedo de utilizar.

Detrás de uno de los mostradores una pareja de hombres de aquellos que les llaman gay, busca un té afrodisíaco para prenderse más; en la sección de cartelera, un hombre observa los anuncios de películas, mientras su pareja espera con cara de incomodidad. La música sigue a todo lo que da.

El tema de los juguetes sexuales no es muy sonado en esta sociedad, mucha de la gente cree que el uso de estos es inadecuado y al contrario mucha gente que piensa que su uso es de lo mas normal.

En realidad esto de los juguetes sexuales no es nada nuevo, se sabe que ésto data desde hace unos 2.500 años con los griegos; claramente está que sus juguetes no eran tan sofisticados como los de ahora, ellos utilizaban falos de madera. Los chinos tenían una especie de anillo (como el que venden en estos tiempos) con unas plumas muy finas.

Por qué no quitarse la pena y probar aquello que parece malo, tal vez para quitar la monotonía en las relaciones sexuales y jugar un poco con la pareja utilizando juguetes sexuales. Hay que tener en cuenta que hay juguetes para todo tipo de personas, para cualquier preferencia sexual y de distintos precios, hay desde una bala vibratoria, hasta un dildo, una muñeca inflable, vaginas, penes, infinidad de cosas.

No sólo existen los juguetes para hacer más placentero el acto, también existen variedades de condones de sabores, colores y hasta olores, al igual que lubricantes que puedes utilizarlos bajo el agua. Y para aquellos que no les lata eso de los juguetes también pueden irse a dar una vuelta por las sex shop a buscar videos XXX, pueden optar por comprarlo o verlo en la cabina.

Así que a perder la monotonía en una relación y atrévanse a experimentar cosas nuevas y tener mayor placer.

P.D. Hombres, no se preocupen, ningún juguete por mucho que vibre y tenga mil funciones los va sustituir, ustedes son únicos.

¿Darwin se equivocó?


Por Diana Hinojosa

Hace unos días, estaba revisando un artículo de la revista Ciencias, que edita la Universidad Nacional Autónoma de México y encontré un texto muy interesante: “Biogeografía y Darwinismo Social” de Peter Bowler. La tesis principal sugiere que la teoría de la evolución de Darwin se formó a partir de la importación del lenguaje del imperialismo de aquellos tiempos a la naturaleza. Es decir, que los conceptos clave como conquista, exterminación, lucha y conflicto se pasaron directamente a una teoría que buscaba explicar la evolución de las especies.

El autor nos brinda varios ejemplos que permiten entender mejor esta idea. Uno de ellos se refiere a Charles Darwin a bordo del Beagle durante cinco años, navegando las costas de Sudamérica. El propósito de que Gran Bretaña llevara un barco hasta esas tierras no era científico, sino que intentaba mantener cierto control sobre el comercio en esta región para que los intercambios fluyeran libremente. Aún cuando no fuera el motivo inicial, Darwin tuvo la oportunidad de recolectar información vital sobre las especies de plantas y animales que ahí se encontraban y en algunos casos, llevar ejemplares hacia el viejo mundo.

En su teoría sobre la selección natural, Darwin utilizó estos conceptos: conquista y exterminación. Este hecho tiene dos matices muy importantes: primero, el autor de la teoría se maneja de la misma forma en su explicación sobre la naturaleza que su país sobre el mundo. Gran Bretaña era un país expansionista, que buscaba establecerse en otros territorios a través del sometimiento o eliminación de los nativos, y segundo, Darwin se justifica a sí mismo porque su país, y otras potencias imperialistas, llevaron especies animales de su lugar de origen a uno totalmente nuevo. Así, él confirma su teoría -creada por él mismo en cuanto a causa, no a explicación-, las especies migran, unas destruyen a otras, y el más fuerte sobrevive.

Peter Bowler contrapone esto: “algunos biólogos pensaban que las especies estaban completamente a gusto en el lugar donde fueron creadas o donde evolucionaron y que no se moverían de allí a menos que fueran forzadas por presiones ambientales, pero la gran mayoría de los biogeógrafos de finales del siglo XIX suponía que las especies tenían una tendencia natural a expandir el territorio que ocupaban”.

W. D. Mattthew formuló otra teoría, conocida por el círculo científico como migración norteña. Ésta nos dice que las especies más evolucionadas y complejas se desarrollan en el polo norte, pues es aquí donde se lucha contra un ambiente más severo y escasez de alimento. Poco a poco, las especies migran hacia el sur, sustituyendo a las inferiores. Con base en este argumento, William Johnson, paleoantropólogo de principios del siglo XX, describió a los aborígenes de Australia como neandertales vivientes.

Bowler encontró un libro sobre las expediciones al polo sur del Capitán Scott, y narra un pasaje donde tres investigadores se dirigen a este sitio buscando huevos de pingüino, pues pensaban que eran las aves más primitivas del mundo -ahora se sabe que estas aves son de las más especializadas-.

Como podemos ver, la forma de actuar de las potencias imperialistas y su ideología permearon el campo de la ciencia de aquellos tiempos. El sistema económico y político buscó justificarse y representarse en la propia naturaleza, -aún cuando ésta no actuara necesariamente de esta forma- y luego, la propia teoría científica se regresó al campo de la actividad humana, generando un argumento basado en un círculo vicioso.

¿Ustedes qué opinan? ¿Cómo creen que se desarrollan las especies? ¿Piensan que la teoría darwiniana debe ser rechazada del todo? Por mi parte, pienso que esta nueva visión sobre la evolución podría golpear fuertemente las ideologías económicas que se erigen como la panacea en nuestros tiempos y abrir paso a otras más incluyentes y menos voraces. Espero sus comentarios. Gracias

Para ver el artículo completo:
http://www.ejournal.unam.mx/ciencias/ciencias84.html

Un mortal convertido en Dios




por Diego Fernando Bustamante Estrada


Para los cristianos existe Jesús, para los revolucionarios Ernesto Guevara y Emiliano Zapata, para los comunistas Karl Marx, para los mexicanos es la Virgen de Guadalupe y así ocurre sucesivamente hasta que nos metemos al terreno de las patadas: si es fútbol, no podría ser otro que Diego Armando Maradona. Pero la cuestión es preguntarse ¿por qué personas que rayan en lo común adquieran el grado de llamarles dioses, y más en el caso de un deporte?

Desde luego que se debe a las hazañas realizadas a lo largo de su vida, pero también a la personalidad caótica y firme de la que presumen los dioses, porque un Dios es incompresible, de ahí radica su perfección, ya que por más cuestionamientos que se le haga a su persona ninguno encontrara la respuesta correcta. No se puede diferir el bien y el mal en ellos, ya que son ambos.

Parece absurdo que personas tan comunes adquieran el grado de seres míticos y se escriban leyendas por sus hazañas que deleitaron a más de un país a lo largo de su vida, pero así sucedió con el astro argentino, que desde el primer momento que tuvo contacto con el esférico, derrochó el más bello tango del que Argentina hubiera presenciado a lo largo de su historia.

Quién podría pensar que ese hombre de físico no muy corpulento, pero si solemne y lleno de vitalidad, de ostentosa y densa melena, de mirada que perfilaba el horizonte como un reto, de piernas vigorosas tan fuertes como el roble y una zurda que al tener contacto con el balón hacía magia, iban a convertirlo en una de las personas más conocidas del mundo.

Su temperamento de genio lo llevo a la cúspide, el carácter aguerrido a conquistar más de una batalla, sus gambetas y habilidad a enloquecer al adversario y, a conseguir goles que hasta sus mismos colegas le “echaron una manita”, y otros que, solamente, un artista de la cancha puede darle la pincelada de armonía y simetría que las grandes obras necesitan.

Como buen argentino, disfrutaba de la humildad y carisma que sus compatriotas presumen. Persona admirada que pertenecía a esa clase de genios mundiales y selectivos a los que les convendría ponerse nervioso para demostrar que verdaderamente les importan lo que hacen. Y ese que Maradona presumía de algo que muy pocos tienen, la tranquilidad y paciencia que su gala de Dios lo ha marcado.

El delirio que causaba en las canchas, el temor y alarde que sus enemigos no podían ocultar, movimientos elegantes y dignos del tango argentino, presencia de titán, dueño de una seguridad sin fisuras, eso, y seguramente más, derrochaba Diego Armando Maradona cuando se paraba en una cancha y tenía el mínimo roce con el balón. Personas como Maradona podría tener tantos galardones como adjetivos y trofeos, pero sólo se puede decir, figura imprescindible en las cachas de fútbol e irreprochable ariete para sus admiradores, que el tiempo y la historia lo han consagrado como el número uno, es decir, el de un Dios.